Había una mujer tan gorda, pero tan gorda, que cuando se pesaba, la balanza decía: Continuará...
Había una vez una vaca que se comió un vidrio, y la leche le salió cortada.
Había una vez un hombre tan viejo, tan tan viejo que vio el arcoiris en blanco y negro.
Había una vez un tipo tan, pero tan feo, que cuando nació su mamá no sabía qué escoger; si la placenta o a él.
Había una vez un hombre tan pequeño, tan pequeño, que en vez de viajar en metro, viajaba en centímetro.
Había una vez un hombre tan pequeño que se subió encima de una canica y dijo: ¡El mundo es mío!.
Había una vez una ciudad tan seca, pero tan seca, que las vacas daban leche en polvo.
Había una vez un hombre tan feo, tan feo, tan feo que cuando nació los médicos le dijeron a los padres si no llora es un tumor.
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