Un equipo de científicos españoles comprueba el consumo de droga en las ciudades mediante el análisis de partículas de la atmósfera. La cocaína está en el aire de Madrid y Barcelona, eso sí, en cantidades tan pequeñas que ni aun respirando 1.000 años se llegaría a consumir el equivalente a una dosis.
El estudio, que se publica esta semana en la revista 'Analytical Chemistry', se ha llevado a cabo mediante la instalación de unos filtros de microfibras de cuarzo que recogieron las partículas suspendidas en el aire.
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