Un árabe le pidió dinero a un judío y éste se lo prestó. Sucede que el árabe jamás había pagado una deuda y el judío jamás había perdido un solo centavo en ninguna transacción. Pasó el tiempo y el árabe se le había estado escondiendo al judío hasta que un día se encontraron en el bar de un gallego. Allí comenzaron a discutir, el árabe acorralado, o encontrando otra salida, sacó una pistola se la puso sobre la sien y dijo: ¡Podré irme al infierno, pero no pagaré esta deuda...! . Así que apretó el gatillo y cayó muerto de inmediato. El judío no quiso ser menos, así que agarró la pistola del árabe, se la puso sobre la sien y dijo antes de disparar: ¡Voy a cobrar este dinero aunque sea en el infierno...! Un gallego, que había observado todo,quedo impresionado, tomó la pistola, se la puso sobre la sien y dijo: ¡Coño!, por nada del mundo me pierdo este pleito. |
viernes, 10 de julio de 2009
EL ARABE, EL JUDIO Y OTRO GALLEGO
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1 comentario:
el entremetío es asi......todo con tal de obtener su boletín chismografico
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